El avance del tiempo es algo inexorable, lo podemos cuantificar y medir, hacer pequeñas predicciones pero aun así nunca podremos pararlo y observarlo estático.
El tiempo es quizás uno de los apartados de la ciencia que más se ha querido representar en la literatura o en las películas de ciencia ficción.
Siempre se ha pretendido soñar como sería el futuro, o escudriñar como era el pasado, pero a medida que hemos ido evolucionando hemos ido cambiando nuestros ideales, hasta hace unos siglos se pensaba que la tierra era plana y no redonda, hasta hace unos años se pensaba que las plagas eran enviadas como castigo de Dioses, hasta hace unos años la esperanza de vida era corta y actualmente esto cambia, la esperanza de vida ha ido aumentando con el paso de los años, veámoslo en la siguiente gráfica:
Como se puede apreciar en la gráfica, exceptuando la edad media en el paleolítico y en la edad del bronce con repuntes respecto las demás eras que lo rodean se tiende hacia una subida de la edad, hasta llegar a los inicios del siglo XIX donde observamos un repunte de la duración de la vida.
¿A qué se ha debido esto?
Pues no hace falta ser ningún Einstein para darse cuenta que a lo largo de la historia, a medida que evolucionaba la ciencia y la medicina se aumentaban los conocimientos sobre como actuaba el cuerpo humano ante ataques externos o la prevención para coger determinadas enfermedades, desde la primera vacuna en el año 1796 (Viruela, Edward Jenner), pasando por la pasteurización para evitar la proliferación de bacterias y organismos patógenos en el año 1864 (Pasteur) o la creación de la penicilina como primer antibiótico en 1928 (Alexander Fleming).
Todo esto ha llevado a la evolución de la sociedad en esperanza de vida y calidad de vida, hay una relación muy estrecha entre ambas, pero actualmente, está ocurriendo algo, se está poniendo en práctica una serie de medicinas con el pseudónimo de “alternativas”
Estas medicinas alternativas se equivocan muchas veces con los remedios “caseros” o “tradicionales” como puede ser el tomarse una infusión de manzanilla ante un problema estomacal o hacer una decocción de corteza de sauce para obtener un analgésico (popular aspirina natural).
Entonces ¿Qué son?
Son un conjunto de terapias que se mantienen al margen de la medicina real que pretenden curar las enfermedades mediante técnicas que no tienen evidencia científica que funcionen.
Resumiendo, con mi humilde opinión personal, esto se denomina “placebo”
¿Estas medicinas si no funcionan que hacen?
Estas medicinas actualmente arrastran a legiones de seguidores que se creen poseedores de unos conocimientos ancestrales que les ha dado la propia tierra (¿Alguna similitud sectaria puede ser pura coincidencia?) pero desde bioagronomía nos situamos ante nuestro lema que dice:
La ciencia a CONciencia
Por lo que vamos a hacer un pequeño ejemplo de por qué nos causa cierto escepticismo este tipo de terapias, pongamos un ejemplo muy evidente en la actualidad, la homeopatía.
Estos populares frascos son remedio homeopático compuesto de lactosa y sacarosa en la mayoría de los casos o eso nos pone en la receta
Homeopatía, su base y fundamento
La homeopatía se basa en las ideas que tuvo Christian Friedrich Samuel Hahnemann (1775-1843), de profesión médico afirmó la siguiente frase:
“La medicina causa más sufrimiento que beneficio al paciente”
Teniendo en cuenta la fecha en que realizó dicha explicación hay que comprender lo que se decía, ya que en aquella época se estaban comenzando a asentar los pilares de una rústica medicina.
Para ello utilizó un proverbio latino que decía “similia similibus curantur” frase que actualmente resulta muy graciosa desde mi punto de vista, por que ante esto básicamente podríamos decir que la curación del SIDA se podría realizar con la administración de pequeñas cantidades del mismo virus.
Pues esto derivó en unas conclusiones por parte del médico tales como:
“ La raíz de una enfermedad es el espíritu y no el medio físico”
Con ello estableció que las enfermedades tenían como eme un espíritu dañado y no el de un cuerpo maltrecho.
Este médico creó un nuevo tipo de medicamento el cual se consideraba que era muy eficaz gracias a la memoria del agua, básicamente el funcionamiento es así:
– Se disponen de 1 mililitro de principio activo, ese mililitro se disuelve en 99 mililitros más hasta conseguir 100 mililitros, este producto se agita fuertemente y se obtiene una dilución 1CH; estas siglas quieren decir “una dilución centesimal Hahnemann”
– Se recoge un mililitro de esta dilución y se vuelve a realizar el mismo proceso, se agita fuertemente y obtenemos una dilución 2CH.
Esto se realizará sucesivas veces hasta llegar a las 30CH, que se supone que es la cantidad producida más fuerte.
El principio de funcionamiento es que el agua tiene memoria y se queda “con un funcionamiento igual al de la sustancia que la hemos mezclado anteriormente”
Para más inri, el señor Hahnemann agitaba sus tubos de dilución con una biblia ya que opinaba que durante este proceso, denominado “sucusión” el agitarlo con una biblia le otorgaba mayor vigor.
Entonces ¿Esta medicina es efectiva? ¿En qué concentración se ofrece el medicamento final?
Sí es efectiva solo lo pueden decir los tratamientos puestos aprueba mediante un estudio científico racional y serio; la respuesta en concreto es “no”
Si en realidad nos fundamentamos en la cantidad de principio activo que puede haber por cada pastilla o bote es algo que resulta muy sencillo de calcular, para ello utilizaremos las matemáticas.
En primer lugar podemos calcular la cantidad de principio activo por cada litro teniendo en cuenta el número de CH, para ello utilizamos la siguiente fórmula:
Con esta fórmula determinamos que:
– CPA= Cantidad de principio activo
– 1= Es la unidad de medida de un litro
– 100= la partición respecto de uno, formando una centesimal
– nCH= número de diluciones “centesimales Hahnemann”
Pongamos un ejemplo en el caso de que tengamos un 990 mililitros (0,990 litros) pues a esto le añadimos 10 mililitros de tintura, por ejemplo, extracto de sauce (rico en ácido acetil salicílico).
Básicamente la cuenta quedaría así:
Bueno pues como hemos podido ver la primera dilución no está nada mal, tenemos un 1% de principio activo por litro, esto en pastillas de medicina es un número eficaz. Ahora probemos con una dilución 2CH
Aquí la cosa va cambiando, en una segunda dilución esto se va ajustando poquito a poco, ¿Qué sucedería si nos saltamos todos estos pasos hasta llegar a la dilución más fuerte? ¿Qué sucederá si llegamos a la dilución 30CH? veamos:
¿Y qué porcentaje sería?
Creo que es un número muy pequeño, es decir ese porcentaje es la cantidad de principio activo que hay por cada litro de producto final.
Puede resultar difícil imaginar estos porcentajes tan pequeños, es más, pensar en números tan pequeños nos puede resultar francamente difícil ¿Por qué no pensamos a lo grande? Y si ahora…. ¿Calculamos el volumen generado a través de un litro de tintura pura homeopática?
Para eso nos valdremos de otra ecuación:
– CLP= Cantidad de litros producidos
– 100= unidad de medida respecto las 100 partes (se pone 100 por que se suma siempre una parte de la anterior al total)
– nCH= número de dilución
Entonces ahora sustituyamos datos, si tenemos un litro de producto y se lo añadimos a 99 de agua pura y queremos obtener una dilución 1CH
En esta primera dilución hemos aumentado la cantidad de producto desde 1 litro hasta los 100; lo cual una de dos, o rompe las propiedades de la materia o hemos encontrado que en casa cualquiera puede hacer lo de “multiplicar el pan y los peces” (y hasta lo que yo sé solo hay un libro que habla sobre una persona que lo haya hecho)
Pero sigamos ¿Qué pasará por ejemplo con una segunda dilución?
En una segunda dilución hemos observado que si partiésemos de un litro de principio activo podríamos llenar de terapia homeopática una piscina que tuviese 25 metros de ancho por 40 de largo y 10 metros de profundidad, casi nada.
¿Y si expandimos esta operación? Y si elaboramos la cantidad más fuerte que recetan en homeopatía, probemos, hagamos cuenta para una dilución 30CH
Con ese pedazo de número solo se me ocurre hacer una cosa, transformarlo en un número que podamos cotejar más sencillamente y para ello ¿Por qué no pasamos de pensar en un número a pensar en un objeto?
¡Ya está¡ Pensemos en una esfera, es algo redondo que podemos pensar en la magnitud que puede llegar a alcanzar así que utilizando de nuevo las matemáticas partamos de la fórmula utilizada para calcular el volumen de una esfera y con esos litros totales calculemos los metros que tiene de radio dicha esfera, para obtener números mas pequeños pasaremos todos esos litros a metros cúbicos (dividir entre 1000, así de simple) y obtenemos que son 1057m3
Pero bueno esto todavía es un número muy grande, pasemos a kilómetros mejor que si no todavía no podemos imaginarnos nada y para eso utilizaremos factores de conversión:
Mira que ya hemos pasado a kilómetros y nos sigue quedando un número enorme, quizás, lo mejor, sea pasar a la unidad de medida más grande que conozco, ni mas ni menos que la velocidad de la luz, la cual, si no me equivoco más o menos son 299.792,458 Kms/segundo. Apliquemos de nuevo un factor de conversión:
Bueno vamos estrechando el círculo, pero ya que estamos con esta “divina inspiración” y nos siguen pareciendo números muy grandes pasemos ese tiempo a horas, como no, aplicando los dichosos factores de conversión que no engañan a nadie:
La cosa está pegando un santo cuantitativo enorme, hemos pasado de cifras de longitud enormes, a mantenerlas en unas cifras enormes pero más fáciles de comprender para nosotros o eso pretendemos. Así que finalmente, demos un paso mayor, calculemos en lugar de horas, días o meses directamente años, es decir, el radio que tendrá dicha esfera de proporciones colosales con nuestra último (y odiado por las personas que piensan que la ciencia ataca a las terapias alternativas) factor de conversión.
Obtenemos, finalmente, que necesitaríamos una vida laboral para poder recorrer a la velocidad de la luz para recorrer el radio generado por dicha esfera; o lo que es lo mismo, 131,22 años para recorrer dicha esfera de una punta a otra yendo de a la velocidad de nuestros queridos fotones.
Con esto no pretendemos desfalcar una terapia alternativa basándonos en datos, sino en las evidencias científicas generadas hoy en día respecto a estos temas, pero para que os hagáis una idea, la distancia que hay entre la tierra y el sol son de 8 minutos a la velocidad de la luz así que ahora, echar cuentas sobre la cantidad de principio activo que habrá en dicha esfera cuyo volumen en lugar de ser de 8 minutos de perímetro sea de 131 años, básicamente, en la esfera de los 8 minutos habría una sola molécula de principio activo (Beld Golcrade) realizó este último dato expresado.
Pero, quizás, estemos equivocados y que sabremos nosotros humildes mortales, pero si hay una cosa en la que las personas que se muestran escépticas con dicha medicina, y es en la facilidad de poder obtener un título de “homeópata” y poder abrirte tu propia clínica, así que, ¿Me pueden comparar ustedes los estudios realizados por un médico durante 10 años de su vida en muchos casos y los cursos por horas que ofrecen para ser homeópata? ¿Conocen de alguna persona que haya recibido anestesia homeopática? ¿ Sí los postulados de la homeopatía son ciertos por que no damos en los países en vías de desarrollo medicamento homeopático?
La empresa de productos homeopáticos Boiron ofrecía un título homeopático online que que te permitía obtener un titulo de «especialista homeópata» en un rato y por lo que te «capacita» para aplicar esta terapia ¿Creéis más profesional a un homeópata que a un médico de verdad?
Desde mi punto de visto, este medicamento homeopático cumpliría las 3 B “bueno, bonito y barato” pero ¿y la efectividad?
Simplemente he querido plasmar mi opinión sobre este tema, quizás en esto no coincida con algunos lectores, pero para mi defensa diré que las matemáticas nunca fallan y que la vida y la estructura orgánica se componen de leyes y normas tangibles y racionales, el ser humano puede ser espiritual pero tampoco puede crear magia o concepciones espirituales cuando se juega con la salud de los demás.
¿Qué opinas tú lector/ora?
Un saludo